Frente a la sobriedad estética de otras modalidades, los jardines tropicales son un claro ejemplo de las inmensas alternativas que te ofrece la naturaleza.
A la hora de darle forma a tu jardín, tomando como referencia elementos estéticos comunes que permitan dotarlo de una cierta homogeneidad, no tienes por qué limitar tu creatividad a aquellos tipos de jardines que buscan reproducir el entorno natural próximo a tu residencia, como puede ocurrir con los jardines xerófilos o los jardines mediterráneos.
En este sentido, si dispones, de una forma natural y plenamente sostenible, con un acceso adecuado a recursos hídricos, puedes plantearte optar por una modalidad de jardín que destaca por su belleza estética y frondosidad, como es el caso de los jardines tropicales.
Dado su origen, el desarrollo de jardines tropicales es especialmente recomendable en aquellas zonas geográficas en las que, por encima de la disponibilidad de fuentes de agua de riego próximas, lo realmente importante es la presencia de unos niveles de humedad ambiental elevados y una relativa estabilidad térmica, tanto estacional como entre el día y la noche.
De hecho, conviene recordar que si bien las plantas que conforman los jardines tropicales agradecen notablemente la humedad ambiental y la posibilidad de que la tierra en la que están ubicadas se encuentre habitualmente humedecida, será imprescindible evitar el desarrollo de un riego excesivo, ya que esto puede provocar la aparición y proliferación descontrolada de plagas y enfermedades o, incluso, un mayor riesgo de que las raíces puedan verse afectadas por una aceleración de su pudrición o putrefacción natural.
En definitiva, en el caso de que se cumplan estas condiciones ambientales óptimas, los jardines tropicales contarán con unas condiciones perfectas para ofrecer toda su belleza y esplendor durante todo el año, ya que una gran parte de las variedades vegetales características de esta modalidad tienen un carácter perenne, especialmente en el caso de aquellas especies que no presentan floración.
