Los jardines mediterráneos son un ejemplo de combinación perfecta entre el diseño de áreas verdes estéticas y, a su vez, considerablemente sostenibles.
Si has tomado la decisión de darle forma al espacio exterior de tu vivienda, y deseas que goce de una cierta sintonía estética, ecosistémica y funcional, es conveniente que tengas presente que dispones de una amplia diversidad de tipos de jardines para convertir fácilmente tu sueño en realidad.
En este sentido, una vez que hace unos días concentramos nuestra atención en aquellas características que definen a los jardines xerófilos, hoy queremos profundizar en los elementos básicos de una modalidad íntimamente arraigada a nuestro territorio, especialmente en la zona sur y oriental de la Península Ibérica y en el archipiélago balear, como son los jardines mediterráneos.
En términos generales, los jardines mediterráneos son aquellos que están compuestos, en su práctica totalidad, por variedades vegetales propias de esta ubicación geográfica, y que suelen tener en común su adaptación a las características climáticas mediterráneas, así como unos requerimientos de riego no muy exigentes, como son las plantas aromáticas, la flora de secano o diversos frutales, entre los que destacan los limoneros o los naranjos, por citar solo algunos ejemplos.
Más allá de su impacto visual y carácter ornamental, los jardines mediterráneos también cumplen con toda una serie de objetivos funcionales sumamente interesantes, sobre todo en verano, como los que te mostramos a continuación:
- En primer lugar, el empleo de árboles frutales se justifica por la búsqueda de variedades que permitan generar amplios espacios de sombra, que contribuyen a reducir la temperatura ambiental y mantener unos niveles óptimos de humedad.
- Asimismo, con el empleo de flora de secano y plantas aromáticas se persigue reproducir el entorno natural de la zona, y hacerlo con variedades poco exigentes en términos de riego, lo que se convierte en un valor añadido en cuanto a ahorro de recursos y sostenibilidad.
- Del mismo modo, y para finalizar, la diferenciación de espacios a partir del desarrollo de especies arbustivas también ejerce un importante papel como barreras naturales, principalmente en aquellas zonas en las que la presencia e intensidad del viento es elevada.