Las áreas verdes urbanas no solo cumplen una función meramente estética. También son esenciales para contribuir a la mejora de nuestra salud y bienestar.

En numerosas ocasiones se suele otorgar a las diferentes áreas verdes que integran nuestras ciudades y su entorno periurbano un carácter meramente estético, como zonas dirigidas a romper con la uniformidad de la estructura urbana.

Sin embargo, los parques y jardines públicos de nuestras ciudades cumplen con una función mucho más ambiciosa, tanto en términos saludables como en lo referente a nuestro bienestar y calidad de vida, convirtiéndose en un elemento básico para permitir el esparcimiento de sus residentes y contribuir a una mayor habitabilidad de los núcleos urbanos.

Dada la importancia de este aspecto, desde el Grupo Áreas Verdes de AEPLA queremos compartir contigo algunas reflexiones en este sentido, mostrándote a continuación un resumen de algunos de los principales beneficios que las áreas verdes aportan a la salud y bienestar de aquellas personas que tienen la posibilidad de disfrutar de ellos a diario:

  • En primer lugar, es preciso destacar el papel de los espacios verdes urbanos como captadores de carbono y para la mejora de la calidad del aire en las ciudades. En la medida en que un núcleo urbano cuente con una mayor superficie dedicada a parques y jardines, mayor será su capacidad para disponer de un ambiente más limpio, disminuyendo los niveles de sustancias contaminantes en suspensión, responsables de numerosas enfermedades respiratorias.
  • Además, las áreas verdes también cumplen una función básica en lo que se refiere al mantenimiento de una humedad ambiental favorable, incrementando su utilidad en aquellos meses del año en los que las temperaturas son más elevadas en los que se convierten de auténticos oasis frente a las ‘islas de calor’.
  • Estos dos beneficios favorecen la elección de los espacios verdes urbanos para el desarrollo de numerosas actividades físicas y deportivas, muy beneficiosas para la disminución del riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
  • Asimismo, es preciso poner en valor el inmenso poder que tienen las zonas verdes urbanas en términos de salud mental, ya que un gran número de estudios científicos han confirmado los efectos positivos de estos espacios como instrumentos útiles para reducir la predisposición a sufrir cuadros de ansiedad o estrés, entre otros factores por la disminución drástica en ellos de la contaminación acústica y su configuración como entornos ideales para la interacción social.
  • Para finalizar, los parques y jardines de nuestras ciudades son especialmente beneficiosos para favorecer el desarrollo cognitivo de los más pequeños, tanto por la riqueza de estímulos sensoriales que les aportan como por las posibilidades que le ofrecen para el desarrollo de juegos infantiles.

 

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