Si estás planteándote qué especies vegetales deseas incorporar a tu jardín, no dudes en incluir entre ellas distintas variedades de plantas aromáticas.
Cuando comienzas a planificar las plantas que deseas que estén presentes en tu jardín, es totalmente normal que tus primeras ideas se dirijan hacia aquellas que pueden dotarlo de una mayor vistosidad.
Por eso, a lo largo de diferentes publicaciones que hemos realizado en este blog, nos hemos detenido en repasar contigo algunas de las variedades vegetales que, en función de la estación del año en la que nos encontremos, cuentan con todo lo necesario para aportar esa belleza estética a tu espacio verde doméstico.
Sin embargo, como complemento a estas especies botánicas, también sería muy positivo que considerases la incorporación a tu jardín de diversas variedades de plantas aromáticas que, si bien, pueden presentar un carácter más austero, pueden ofrecerte un gran número de beneficios, entre los que hoy queremos destacar los que pasamos a mostrarte a continuación:
- Para comenzar, si bien las plantas aromáticas no gozan, a priori, de la espectacularidad estética de otras variedades, sí que ofrecen una propiedad a la que, precisamente, deben su nombre y que puede ofrecer un toque muy especial a tu espacio verde, como es su aroma y olor característico.
- Asimismo, aunque en ocasiones no se les otorgue el reconocimiento que merecen, también puedes encontrar plantas aromáticas considerablemente bellas, como la lavanda o la camomila.
- Por otro lado, las plantas aromáticas no son muy exigentes en términos de cuidados, y muchas de estas variedades mantienen un aspecto considerablemente saludable durante todo el año.
- Y hemos dejado para el final uno de sus beneficios más desconocidos, pero que, quizás, es el más importante que ofrecen estas variedades vegetales. Las plantas aromáticas cumplen dos funciones esenciales que contribuyen a favorecer la salud vegetal de las plantas domésticas de tu jardín, como son la atracción de polinizadores y su capacidad para generar un entorno hostil para un gran número de plagas, gracias a la segregación de sustancias que actúan como repelentes naturales.
