Ahora que nos encontramos a tan solo unos días de dar la despedida a este año 2024, ha llegado el momento de expresar nuestro principal deseo para 2025.

No cabe duda de que el año 2024 que está a punto de finalizar ha supuesto un auténtico reto, tanto para nuestra agricultura como para el sector agroalimentario y nuestra sociedad en su conjunto.

Más allá de los diferentes aspectos estructurales que llevan condicionando desde hace ya varios años el desarrollo efectivo de estos sectores, como los problemas derivados de la presencia y proliferación, cada vez mayor, de amenazas para los cultivos, el envejecimiento paulatino de aquellas personas que han decidido convertir la agricultura en su modo de vida, a lo largo de estos últimos 365 días, nuestro sector agrícola se ha visto obligado a enfrentarse a otros obstáculos que, por qué no decirlo, están poniendo en jaque el futuro y supervivencia de numerosas explotaciones agrícolas.

Si bien la ausencia de lluvias que nos viene acompañando ya desde hace demasiado tiempo ha dado una pequeña tregua en muchos territorios de nuestro país durante estos meses, la ocurrencia sobrevenida e inesperada de fenómenos atmosféricos tremendamente adversos, como la terrible DANA ocurrida el pasado 29 de octubre, no solo han influido muy negativamente en la productividad de la mayor parte de los cultivos de nuestro país sino que han generado un dramático e irreparable daño en nuestra sociedad, haciéndonos tomar conciencia de la importancia de poner en marcha todas las posibles medidas preventivas a nuestro alcance para reducir, en la medida de lo posible, que una tragedia de este tipo vuelva a ocurrir.

Estos factores, unidos al incremento del precio de numerosas materias primas e insumos a causa de los diferentes acontecimientos que se vienen produciendo en el ámbito internacional, han desembocado en un aumento notable de los costes de producción y distribución de los productos agroalimentarios, así como de su consiguiente precio de venta al consumidor, hasta el punto de poner en el disparadero, de forma injustificada y totalmente injusta, la labor diaria de dos sectores que debe ser considerados, de forma expresa, como estratégicos e indispensables en nuestro día a día.

Una vez repasado lo ocurrido hasta ahora, desde AEPLA consideramos que hoy es un día perfecto para confesar nuestro principal deseo para el año 2025 que está a punto de comenzar, y que no es otro que seguir colaborando en la medida de nuestras posibilidades para contribuir a un mejor futuro de nuestra agricultura, aportando todo lo que está en nuestra mano para que consiga recuperar, de una vez por todas, la atención, protagonismo y reconocimiento que merece.

Solamente a partir de la aceptación, por parte de todos los estamentos implicados, de las necesidades de innovación y apoyo que la agricultura necesita como propias podremos avanzar juntos hacia un mejor presente y futuro de nuestros sectores agrícola y agroalimentario, y de los cientos de miles de personas de nuestro país cuyo empleo y estabilidad personal y profesional dependen de ellos. ¡Te deseamos de todo corazón un muy feliz y venturoso año 2025!

 

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