Presta atención a estos diez consejos prácticos en la aplicación de tratamientos fitosanitarios para garantizar su efectividad y tu seguridad en todo momento.

Es indudable que la aplicación de tratamientos fitosanitarios en tus cultivos pasa por ser una herramienta básica para favorecer el desarrollo y crecimiento de tus cosechas, al ofrecerle la protección que necesitan frente a la amenaza detectada, ya sea una plaga, enfermedad o mala hierba.

No obstante, resulta imprescindible tener presentes algunos aspectos clave para asegurar que la solución de sanidad vegetal empleada cumple sus objetivos de una forma efectiva y, al mismo tiempo, garantizar al máximo tu seguridad y protección.

En base a esta reflexión, antes de proceder a la aplicación de un tratamiento fitosanitario, desde AEPLA consideramos esencial que prestes atención a las recomendaciones básicas que pasamos a enumerar a continuación:

  • Para comenzar, resultará imprescindible que tanto el análisis de la amenaza detectada como la prescripción del tratamiento fitosanitario y su posterior aplicación sean llevados a cabo, en todo momento, por personas que cuenten con la cualificación requerida en cada caso. En este sentido, si no cuentas con el carnet homologado de aplicador de productos fitosanitarios, contrata los servicios de un técnico cualificado.
  • A partir de este primer aspecto, consulta las condiciones ambientales que te encontrarás en la zona de aplicación, retrasando tu actuación si es previsible la presencia de condiciones adversas en cuanto a velocidad del viento (más de 3 metros por segundo), altas temperaturas o humedad extrema.
  • Ten en cuenta que, si comienza a llover durante el proceso de aplicación, o acaba de hacerlo, la efectividad del tratamiento será previsiblemente inferior, por lo que será preferible esperar para realizar la aplicación en unas condiciones más favorables.
  • También será fundamental que realices una comprobación exhaustiva de tus equipos de protección individual, así como de los equipos de aplicación que pretendes emplear, en cuanto a su estado, funcionamiento y calibrado óptimo, comprobando que cuentan con la revisión ITEAF correspondiente, en caso de que sea necesaria.
  • Del mismo modo, adapta los diferentes ajustes para la aplicación del tratamiento a las condiciones ambientales y a las características propias del cultivo, en cuanto a tamaño de la pulverización, velocidad y presión.
  • Del mismo modo, revisa detenidamente la zona en la que se tiene previsto realizar la aplicación del tratamiento fitosanitario, protegiendo los pozos y demás recursos hídricos para evitar una posible contaminación o vertido, avisando a los propietarios de fincas colindantes y señalizando la zona para evitar el posible tránsito de personas o animales.
  • Como norma general, realiza siempre la aplicación de tratamientos fitosanitarios en compañía de otra persona, ya que puede resultarte de gran ayuda en caso de que se produzca cualquier emergencia o accidente.
  • Asimismo, siempre que sea posible, para extremar tu seguridad prioriza el uso de sistemas de aplicación autónomos, o acoplados a vehículos que dispongan de cabina cerrada y filtros de protección para la entrada de aire del exterior, utilizando equipos manuales solo en aquellos casos en que sea imprescindible.
  • En todos los casos, y muy especialmente si realizas el tratamiento fitosanitario a pie y con equipo manual, debes caminar en la dirección del viento, para disponer de un mayor control y reducir la posibilidad de que se produzca un contacto accidental con el caldo de tratamiento.
  • Por último, respeta siempre una banda de seguridad de al menos 5 metros respecto a los cauces de agua de riego superficial, así como de un mínimo de 50 metros con los puntos de extracción de agua apta para consumo humano presentes en la zona.

 

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