Durante el verano, el riesgo de proliferación de plagas y enfermedades en tus cultivos se incrementa. Aquí tienes tres reglas básicas para hacerles frente.
Hace tan solo unos días aprovechamos este espacio para compartir contigo algunos consejos que son extremadamente útiles para contribuir al cuidado de tu suelo agrícola durante el verano.
Más allá de esta información, también será necesario que a lo largo de las próximas semanas también tomes las medidas necesarias para reducir el riesgo de proliferación de plagas, enfermedades y malas hierbas en tus cultivos.
Ten en cuenta que una gran parte de estos organismos, nocivos para el desarrollo óptimo de tus cosechas, encuentran un entorno ideal para su expansión en un ambiente marcado por temperaturas cálidas y una considerable humedad.
En base a este peligro, desde AEPLA te recomendamos que incorpores en tu actividad agrícola diaria la consideración de las tres reglas básicas que pasamos a ofrecerte a continuación:
- La principal medida para contribuir a la protección óptima de tus cultivos residirá, como no podría ser de otra manera, en el desarrollo de unas labores de prevención y control lo más exhaustivas posibles, con el fin de dificultar el asentamiento de amenazas y, en caso de que esto no sea posible, proceder a su identificación temprana.
- A partir de esta primera medida, una vez se haya detectado un posible riesgo en tus cultivos, el siguiente paso será solicitar la ayuda de un profesional fitosanitario acreditado, capacitado para evaluar la situación, emitir un diagnóstico y establecer el tratamiento de sanidad vegetal específico más adecuado para la amenaza agrícola identificada y el grado de desarrollo en el que esta se encuentra.
- Por último, el tercer pilar básico para reducir el riesgo de plagas, enfermedades y malas hierbas durante el verano, residirá en respetar escrupulosamente las indicaciones y advertencias fijadas por la empresa fabricante del tratamiento fitosanitario elegido y, en su caso, contemplar en qué medida este es aplicable en las condiciones ambientales propias de la estación veraniega. En caso de que esto pueda afectar a su efectividad y durabilidad, como puede pasar con aquellos productos que presenten una mayor propensión alteración a causa de su evaporación, será conveniente sopesar su sustitución por una alternativa que ofrezca un rendimiento sanitario similar y que, a su vez, se adapte a estas condiciones extremas.