Los cultivos de la familia de las zingiberáceas destacan por su valor gastronómico como especias o condimentos. Conoce sus principales características.
En términos generales, cuando se habla de la importancia de los productos agrícolas en nuestra alimentación diaria, es totalmente normal que nuestra primera imagen esté relacionada con aquellos cultivos cuyo aprovechamiento se concentra preferentemente en su fruto, como ocurre en el caso de la familia de las rutáceas, las rosáceas, las crucíferas o las oleáceas, entre otras.
Sin embargo, también es de justicia reconocer la importancia que tienen a nivel gastronómico otras familias de cultivos, cuyo uso gastronómico está asociado a la utilización de sus rizomas o sus semillas, como ocurre en el caso de las zingiberáceas.
Dentro de la familia de las zingiberáceas, algo menos presentes en nuestro territorio, pero de una gran y creciente importancia desde un punto de vista culinario por su valor como especias y condimentos, se encuentran los cultivos del jengibre, la cúrcuma o el cardamomo.
En cuanto a las características climáticas ideales para el desarrollo de los cultivos de zingiberáceas, resulta necesario tener en cuenta que esta familia engloba especies con una considerable diversidad en este ámbito, aunque siempre asociada a climas eminentemente tropicales.
Así, el jengibre y la cúrcuma muestran una elevada tolerancia a las altas temperaturas, preferiblemente sin radiación solar directa, y una notable sensibilidad al frío y las heladas, mientras que el cultivo de cardamomo responde mejor en condiciones climáticas tropicales marcadas por una elevada humedad ambiental y, a ser posible, que responda a las condiciones propias de una altitud superior a los 800 metros sobre el nivel del mar.
Por su parte, en cuanto a los requerimientos del suelo agrícola, los cultivos de zingiberáceas ofrecen una mayor productividad en suelos ricos en materia orgánica y ligeramente ácidos, siempre que estos se encuentren bien drenados.
En lo referente a sus necesidades de sanidad vegetal, te recomendamos que prestes atención a la presencia y desarrollo nocivo de plagas como el Mal del talluelo o Pudrición de rizomas, el Barrenador del tallo, la proliferación excesiva de nemátodos y, en el caso del cardamomo, el Katte o Mosaico del Cardamomo.
Para finalizar, en cuanto a aquellas enfermedades que pueden afectar con mayor frecuencia a los cultivos de zingiberáceas, será muy recomendable que realices un control y seguimiento exhaustivo que te permita la detección temprana de enfermedades relacionadas con hongos y bacterias de los géneros Fusarium y Erwinia, cuya amenaza se incrementa considerablemente si se produce un encharcamiento continuado del suelo.