Los bulos alimentarios no solo generan desinformación, sino también alarma social en un tema tan sensible como es nuestra alimentación.
A pesar de que estamos seguros de que, desde tu infancia, habrás escuchado en infinidad de ocasiones una expresión tan arraigada en nuestra cultura como es que ‘con la comida no se juega’, parece que la difusión de bulos sobre aquellos productos que consumimos se ha convertido en una auténtica moda en nuestros días.
Cada vez son más, por desgracia, los mensajes recibidos a través de servicios de mensajería instantánea como WhatsApp, o incluso las ‘supuestas noticias’ publicadas en medios de comunicación, sin ningún tipo de labor de contraste ni rigor científico, que solo desean generar alerta en relación a algo tan serio como es nuestra alimentación.
Por este motivo, hoy nos queremos hacernos eco de la iniciativa desarrollada por el Instituto #SaludSinBulos, que ha decidido tomar medidas en este sentido, publicando la primera guía sobre bulos en la alimentación, entre los que consideramos interesante destacar algunos de los bulos alimentarios que te mostramos a continuación:
La sandía y el melón no son recomendables para cenar; queremos empezar con esta falsa creencia para que te hagas una idea de hasta qué punto puede llegar a calar un bulo en nuestra sociedad.
A pesar de que estas dos frutas tienen un alto contenido en fibra, la mayor parte de su composición es agua, por lo que no presentan ninguna contraindicación diferente al resto de frutas, verduras u hortalizas.
Si tienes diabetes no puedes comer fruta; si bien es conveniente tomar las máximas precauciones en términos alimenticios, y de control de la glucosa, si tienes diabetes, la Comisión Europea ha reiterado en múltiples ocasiones que lo más recomendable para las personas aquejadas de este trastorno metabólico es que realicen una alimentación completa y saludable, al igual que el resto de la población.
La fructosa de la fruta es responsable de la hiperactividad infantil; este es otro bulo que cuenta ya con varias décadas de existencia, y que todavía sigue presente en la cultura popular.
La fructosa ingerida directamente de las frutas no presenta ningún efecto secundario adverso en los niños, ya que lo que existe es una confusión con la fructosa que se puede consumir en forma de azúcares añadidos, con la que es preciso tener un mayor control pero que tampoco produce alteraciones en el nivel de actividad infantil.
El zumo de limón es un magnífico depurador; queremos terminar destacando que no existen bulos positivos ni bulos negativos, ya que los bulos son bulos…
En el caso del limón, se ha generalizado la idea de que su zumo en ayunas es muy beneficioso para depurar y eliminar toxinas, lo que no responde a ninguna base científica. Para realizar esta función ya tenemos en nuestro cuerpo órganos tan importantes como el riñón, el hígado o los pulmones.