Durante el invierno, te recomendamos que prestes atención a aquellas amenazas agrícolas que pueden afectar a tus cultivos, y que repasamos a continuación.

Aunque pueda resultar sorprendente para todas aquellas personas que no están familiarizadas con la actividad agrícola diaria, el invierno es, a pesar de estar a priori asociado a un entorno adverso para el desarrollo de la vida vegetal, un periodo clave para la evolución posterior de las cosechas durante el resto del año.

Los meses invernales suponen el periodo de siembra ideal para una gran cantidad de cultivos que alcanzarán su eclosión en primavera, verano e, incluso, otoño, y además posibilitan una regeneración del suelo agrícola esencial para generar un entorno proclive para ellas.

En este sentido, si bien las bajas temperaturas propias del invierno reducen considerablemente el peligro de proliferación de plagas y enfermedades en los cultivos, sí que será muy recomendable que a lo largo de las próximas semanas prestes una especial atención a toda una serie de amenazas agrícolas que pueden poner en peligro todo tu trabajo y esfuerzo, entre las que consideramos necesario destacar las que vamos a mostrarte a continuación:

  • En primer lugar, y como no podría ser de otra manera, el desarrollo de tus cultivos puede verse afectado notablemente por un excesivo y continuado descenso de las temperaturas, sobre todo si este fenómeno da lugar a la aparición de heladas.
  • Si bien la abundancia de lluvias y nieves, siempre sin un carácter torrencial, pueden tener un efecto beneficioso para los cultivos, la aparición de placas de hielo o la presencia de fuertes rachas de viento sí que puede afectar de una forma irreparable al desarrollo óptimo de las cosechas, por lo que será conveniente que, en caso de que percibas una cierta intensidad y frecuencia de estos fenómenos, te plantees la instalación de barreras, coberturas y protecciones naturales o artificiales para tus plantas.
  • Del mismo modo, recuerda que un riego excesivo, y en los momentos del día en las que las temperaturas son más bajas, puede provocar un mayor riesgo de que se formen capas de hielo a partir del agua estancada en la tierra, por lo que será preciso tener en cuenta este aspecto para evitar daños involuntarios en tus cosechas.
  • Para finalizar, debes tener presente que el hecho de que las bajas temperaturas generen un escenario menos apto para el desarrollo de plagas no implica que puedas desentenderte del cuidado y supervisión de tus cultivos.
  • En este punto, ten presente la importancia de detectar cuanto antes cualquier anomalía y, sobre todo, presta una especial atención al posible desarrollo de este tipo de amenazas durante las últimas semanas del invierno, cuando se acerca la primavera y la climatología comienza a ser más suave, fomentando el despertar de aquellas plagas que, hasta ese momento, hayan podido encontrarse en estado de hibernación.

 

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