El mantenimiento óptimo de parques, jardines y otras áreas verdes urbanas durante el verano es clave para que podamos disfrutar al máximo de ellos.

No es ningún secreto que los parques y jardines públicos se convierten, para todos aquellos que siguen residiendo en su localidad durante estas semanas y aquellos visitantes que aprovechan para realizar una escapada, en un oasis natural de frescura y tranquilidad durante los agobiantes días veraniegos.

Sin embargo, para que estas áreas verdes urbanas puedan cumplir su función a la perfección, resultará fundamental que los profesionales responsables de su mantenimiento tomen todas las medidas que están a su alcance para favorecer el buen estado de las distintas variedades vegetales que se encuentran presentes en estas zonas de esparcimiento urbano.

En este sentido, esta necesidad de cuidado y conservación será aún mayor en el caso de aquellas especies que cuentan con unos menores recursos propios para adaptarse, de forma natural, al incremento de las temperaturas y de la radiación solar.

Por eso, desde el Grupo Áreas Verdes de AEPLA consideramos de interés contemplar a continuación qué recomendaciones pueden resultar útiles para asegurar un mantenimiento óptimo de las áreas verdes urbanas durante los meses de verano:

  • Para comenzar, resultará indispensable incrementar notablemente el horario y frecuencia de riego de estos espacios verdes durante estas semanas, ya que hay que tener en cuenta que una parte considerable del agua de riego se perderá debido al incremento de la evaporación.
  • Asimismo, para garantizar la salud de las especies vegetales y también la seguridad y protección de los viandantes, también será crucial realizar un control periódico del estado de los árboles, procediendo a la poda urgente de aquellas ramas que se encuentren en mal estado.
  • Del mismo modo, también se debe proceder a la poda de setos y arbustos, para eliminar ramas secas y favorecer así su fortaleza y desarrollo óptimo.
  • Otro aspecto a tener en cuenta durante el verano estará relacionado con comenzar a preparar estos espacios para el otoño y el invierno, iniciando la siembra de aquellas especies que alcanzarán su máximo esplendor cuando las temperaturas desciendan y la climatología sea más suave.
  • Para finalizar, no se debe olvidar la necesidad de realizar un control exhaustivo y periódico que permita la detección temprana de plagas, enfermedades y malas hierbas. Si bien lo ideal es reducir su riesgo de aparición a partir de una adecuada prevención, el hecho de actuar con rapidez se convierte en una práctica básica para evitar males mayores.

 

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