Si quieres reducir el riesgo de que tu suelo agrícola esté expuesto a una mayor erosión, plantéate la implantación de las siguientes prácticas de cultivo.

La ocurrencia y frecuencia de unas condiciones atmosféricas cada vez más extremas e imprevistas tiene unas considerables repercusiones en el ámbito de la agricultura, no solo en lo referente a la presencia de un entorno adecuado para el crecimiento y desarrollo óptimo de los cultivos, sino también en relación a un factor esencial en este sentido, como es el suelo agrícola.

Este aspecto supone un condicionamiento aún mayor en un territorio como el nuestro, en el que, debido a nuestra ubicación geográfica, estamos expuestos a un mayor riesgo de erosión y desertificación.

No obstante, sí que se pueden llevar a cabo prácticas de cultivo que te permitan adaptarte de la mejor manera posible a esta realidad, a través del desarrollo de actuaciones que favorezcan la fijación y protección del terreno, minimizando así el peligro de que pueda verse afectado por la escorrentía o la erosión, como son las siguientes:

  • Apuesta por los beneficios que te ofrece la rotación de cultivos para mantener la calidad y fertilidad de la materia orgánica de tu suelo agrícola y, sobre todo, para limitar su posible agotamiento y compactación, fomentando así que ofrezca un comportamiento óptimo en términos de retención e infiltración de agua.
  • Del mismo modo, y en caso de que lo consideres adecuado, puedes alternar en tus parcelas líneas de cultivo con otras de barbecho, sobre todo si te encuentras en zonas áridas o semiáridas. En este punto, presta una especial atención a que estas franjas de cultivo no contribuyan a incrementar el riesgo de escorrentía si tu parcela se encuentra en un terreno con una inclinación o pendiente pronunciada.
  • Como ya te comentamos detenidamente en una anterior publicación en este blog, el desarrollo de cultivos cubierta también puede ser una medida muy a tener en cuenta para reducir los riesgos de la exposición de tu suelo agrícola a condiciones atmosféricas extremas.
  • Otra decisión que puede aportarte unos resultados muy favorables en este sentido consiste en realizar una doble siembra en tus parcelas, principalmente en aquellas zonas que presenten un mayor riesgo de erosión y escorrentía, como son las laderas y vaguadas.
  • Por último, en el caso de que hayas optado por la plantación de cultivos leñosos, plantéate la posibilidad de favorecer la generación de cubiertas vegetales entre las líneas de tus cultivos, ya que estas permitirán mantener la porosidad del suelo en unos niveles adecuados y, de esta forma, ralentizar la velocidad del flujo del agua de riego y aumentar la capacidad de infiltración natural del suelo.

 

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