Antes de aplicar tratamientos fitosanitarios, analiza en profundidad la existencia de un posible riesgo de contaminación de los recursos hídricos próximos.

Durante el proceso de aplicación de soluciones de sanidad vegetal en tus cultivos es imprescindible que extremes las medidas de prevención para reducir el riesgo de que una utilización incorrecta de tus tratamientos fitosanitarios pueda contribuir a la contaminación de los recursos hídricos presentes en la zona.

Si bien se ha avanzado notablemente en el desarrollo de técnicas y procedimientos para limitar esta posibilidad y los efectos que puede generar, es preciso que seamos siempre conscientes de que el riesgo cero no existe, por lo que desde AEPLA te invitamos a que reflexiones con nosotros sobre aquellos elementos que pueden serte útiles a la hora de analizar este nivel de peligro y tomar así las medidas más adecuadas para prevenirlo.

En este sentido, antes de proceder a la aplicación del tratamiento de sanidad vegetal más adecuado para la amenaza identificada en tus cultivos, será preciso que analices con detenimiento la existencia o no de los siguientes factores de riesgo:

  • Posibilidad de conexión e interactuación con cursos de agua superficial presentes en las proximidades de la zona de aplicación, para definir así una zona de seguridad que reduzca su posible contaminación, tanto de forma directa como a través de posibles procesos de escorrentía o erosión.
  • Características del suelo agrícola, dado que en aquellos en los que su capacidad de infiltración o retención del tratamiento sea mayor, esto servirá como ‘dique natural de contención’ ante posibles vertidos accidentales a los recursos hídricos superficiales que se encuentren en las inmediaciones de la zona de aplicación.
  • En relación con las características propias del suelo, también deberás prestar atención a la existencia de pendientes acentuadas, sobre todo en el caso de que se pueda producir un efecto de precipitación de forma natural o favorecido por la ocurrencia posterior de fenómenos meteorológicos adversos.
  • En consecuencia, las condiciones climáticas imperantes en la zona y, muy especialmente, los patrones de precipitaciones también serán un elemento a considerar a la hora de evaluar el riesgo de contaminación.
  • Por último, como ya te hemos comentado en anteriores publicaciones en este blog, en la medida en que el suelo agrícola cuente con una cubierta de vegetación o resultante de cultivos anteriores esta reducirá ostensiblemente el riesgo de trasferencia incontrolada del tratamiento fitosanitario. En este sentido, lo ideal será que el suelo agrícola presente un elevado porcentaje de cobertura, superior al 60%, sobre todo durante las primeras fases de la cosecha, en las que se encontrará más expuesto.

 

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