Las semillas son un recurso básico para la agricultura, aunque en ocasiones no se le presta la atención que merecen. ¿Conoces sus distintas variedades?

El ritmo de trabajo asociado al desarrollo de la actividad agrícola hace que, a veces, no se le preste la atención que merece a aquellos elementos que, en realidad, son esenciales para contribuir a mejorar la productividad y calidad de las cosechas, como es el caso de la elección de las semillas que se utilizarán para la siembra del cultivo elegido.

En este sentido, tal y como afirma la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), las semillas constituyen uno de los pilares básicos para el desarrollo y futuro de la agricultura, ya que pasan por ser “las depositarias del potencial genético de las diferentes especies agrícolas y de las variedades resultantes de la mejora llevada a cabo a lo largo del tiempo” por generaciones y generaciones de agricultores.

En base a esta reflexión, desde AEPLA hoy queremos aprovechar este espacio para repasar contigo las diferentes variedades o tipologías de semillas que puede emplear en tus cultivos, con el fin de aclarar sus características diferenciales y, de esta forma, resolver tus posibles dudas sobre las alternativas que tienes a tu disposición en tu actividad agrícola diaria:

Semilla autóctona o criolla: se trata de aquellas semillas que, como su nombre indica, cuentan a priori con una mayor capacidad de adaptación al entorno, motivada por un proceso previo de selección natural de aquellas que mejor responden a las condiciones climáticas y del terreno.

Semillas mejoradas: son aquellas semillas que se han sometido a una supervisión y tratamiento previo por parte de personas o entidades expertas en este ámbito, principalmente en lo que se refiere a su proceso de polinización controlada, con el fin de garantizar el máximo conocimiento de la información genética que contienen.

Mediante este seguimiento exhaustivo se persigue proteger, e incluso desarrollar aún más, sus características en relación a aspectos como su potencial productivo, calidad o capacidad de resistencia natural frente a plagas y enfermedades.

Semillas híbridas: se trata de semillas desarrolladas a partir del cruce de variedades diferentes, con el fin de incrementar sus propiedades en relación a elementos como su precocidad de crecimiento o su carácter homogéneo, para incrementar así el potencial productivo y comercial de la cosecha.

Semillas baby: esta tipología de semillas guarda una estrecha relación con la categoría anterior, ya que se caracterizan por favorecer la obtención de productos agrícolas de calidad en cultivos que detienen su crecimiento de forma prematura, dando lugar a variedades de menor tamaño, pero con unas propiedades similares, o incluso mejoradas en cuanto a su ternura o intensidad de sabor.

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