La agrotecnología está experimentando toda una serie de avances que son esenciales para favorecer la adaptación de la agricultura a sus retos de futuro.
A lo largo de las últimas décadas, nuestra sociedad se ha visto envuelta en un vertiginoso proceso de cambio, motivado principalmente por la incorporación de las nuevas tecnologías en todos los ámbitos de nuestra vida diaria y la asunción de los nuevos retos que vienen derivados de la acentuada tendencia hacia la globalización a nivel económico, cultural y social.
La agricultura no es ajena a este escenario, en el que cada vez es más necesario consolidar todos los aspectos que siguen estando vigentes en el desarrollo del trabajo agrícola tradicional, y que han dado lugar a la espectacular pujanza y notoriedad de nuestro sector a nivel internacional, pero incorporando aquellos avances e innovaciones que le permitan incrementar su productividad y competitividad a medio y largo plazo.
En este sentido, la agrotecnología pasa por ser un motor de cambio imprescindible para acometer con éxito este proceso de modernización y mejora de la agricultura tradicional.
La paulatina incorporación a la producción agrícola de los últimos avances en agrotecnología, como son los sistemas de información a través de Big Data, la utilización de drones y otros dispositivos electrónicos para el seguimiento en tiempo real de la evolución de las cosechas, o el desarrollo de modelos de inteligencia artificial para la predicción, prevención y control de plagas y enfermedades, está dando lugar a una más que interesante evolución desde los principios basados en la agricultura tradicional a su complementación con todos aquellos elementos que han dado lugar a lo que se conoce actualmente como agricultura de precisión.
Por tanto, si bien será necesaria una fase de adaptación para la paulatina generalización en el uso de todas estas mejoras, no cabe duda de que la ciencia y la tecnología son dos aliados imprescindibles para garantizar el futuro de nuestro sector agrícola, y muy especialmente a la hora de disponer de las herramientas más adecuadas para contar con la información necesaria para aplicar una sanidad vegetal adaptada a la perfección a las necesidades y requerimientos específicos de cada cultivo.