El desarrollo de buenas prácticas agrícolas también implica promover aquellas medidas dirigidas a la conservación óptima del entorno de tu explotación.

El hecho de fomentar el desarrollo de buenas prácticas en tu actividad agrícola diaria no solo debería limitarse a aquellas cuestiones que tienen una influencia directa y a corto plazo sobre la productividad y calidad de tus cultivos o hacia el respeto del medio ambiente.

También es preciso prestar una especial atención a aquellos aspectos, a priori, que guardan una relación más indirecta o colateral con tu explotación agrícola pero que, si se amplía el prisma y se observa todo desde una perspectiva más amplia, tendrán una marcada influencia en la consolidación de tu actividad agrícola a medio o largo plazo, como es la puesta en práctica de medidas que favorezcan la conservación del entorno agrícola de tu parcela, así como de aquellos parajes que se encuentran próximos a ella.

En este sentido, lo más adecuado para ello es que, en el desarrollo de tu actividad agrícola diaria, pongas en práctica las buenas prácticas que te proponemos a continuación:

  • En primer lugar, si consideras necesario modificar las veredas y caminos existentes para facilitar el acceso a tu parcela, ten presente la necesidad de que estos cambios no afecten, en modo alguno, a la capacidad de escorrentía de tu terreno, implicando un mayor riesgo de erosión y pérdida de recursos hídricos del suelo.
  • En este punto, una muy buena medida para reducir este peligro de erosión de tu suelo agrícola radica en el mantenimiento y conservación de aquellos elementos del terreno susceptibles de conformar una barrera natural ante condiciones meteorológicas adversas, como el viento o la lluvia. En este sentido, será preciso que ejerzas una especial protección para mantener la presencia efectiva de muros de piedra, terrazas o bancales presentes en tu explotación.
  • Del mismo modo, conserva intactos aquellos entornos fluviales que circundan o pasan por tu parcela, tanto si mantienen un cauce permanente durante todo el año como si este tiene un carácter discontinuo o estacional.
  • En relación a estos cauces, también será importante que hagas todo lo que esté en tu mano para conservar el ecosistema generado en su ribera, sobre todo en cuanto a su protección respecto a tus actividades de laboreo y aplicación de tratamientos fitosanitarios y fertilizantes.
  • Para ello, lo más conveniente es establecer una zona de servidumbre de al menos 5 metros a lo largo del perímetro de aquella o aquellas orillas del cauce fluvial que se encuentran en tu explotación.
  • Por último, ten presente que estas tareas de conservación implicarán, además, que realices una revisión periódica del estado de estos cauces, con el fin de eliminar aquellas acumulaciones de broza o residuos que puedan obstaculizar su curso normal, alterando sus condiciones naturales habituales.

 

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