Nuestra agricultura se encuentra ante un reto clave para garantizar su competitividad, como es la integración de la digitalización en sus procesos.
Nuestro sector agrícola ha experimentado, en los últimos años, un más que considerable avance en todo lo referente a la incorporación de innovaciones en materia de sanidad vegetal y en cuanto a la tecnificación de la práctica totalidad de procesos, a partir de la introducción de maquinaria y equipos de nueva generación.
No obstante, para que nuestra agricultura se adapte plenamente a los tiempos que vivimos, y pueda alcanzar todo el potencial que permite un sector tan pujante en todos los sentidos y a todos los niveles, todavía es indispensable seguir avanzando hacia su plena digitalización durante esta próxima década.
En una sociedad como la actual, en la que las tecnologías de la información y la comunicación han pasado a ser un elemento imprescindible en nuestra vida diaria, se echa de menos, en cierto modo, que estas innovaciones a nivel digital se encuentren integradas de una forma generalizada en el funcionamiento habitual de nuestras explotaciones agrícolas.
En este punto, es preciso tener en cuenta que nuestro sector agrícola se caracteriza, a día de hoy, por una estructura en la que predominan las pequeñas explotaciones, con un marcado carácter familiar, lo que complica en cierta manera su capacidad para hacer frente a la inversión que supone la transformación digital de sus procesos.
Por ello, si se quiere seguir avanzando hacia una agricultura aún más productiva, competitiva, generadora de empleo y sostenible, las distintas instituciones deberían plantearse la definición de mayores líneas de apoyo en este ámbito, dado el extraordinario papel dinamizador que tiene la tecnología en cada uno de estos factores.
Del mismo modo, como ya se hemos comentado desde AEPLA en innumerables ocasiones, será igualmente indispensable asumir la necesidad de contar, a su vez, con un marco regulatorio favorable, que contribuya a que la innovación sea accesible, de una forma efectiva, al trabajo diario de nuestros agricultores.