La familia de las betuláceas, como el avellano, requieren de un control especial, debido a la gran cantidad de amenazas relacionadas con estos cultivos.
Continuando con nuestro repaso a las diferentes familias de cultivos que cuentan con una presencia arraigada en nuestra agricultura, y tras habernos detenido anteriormente en las características básicas y necesidades de sanidad vegetal, entre otras, de las crucíferas, cucurbitáceas, asteráceas, liliáceas o rutáceas, hoy queremos otorgar el espacio que merece a las betuláceas.
La familia de las betuláceas, entre las que a nivel agrícola destaca, por encima del resto, el cultivo del avellano, está formada por árboles y arbustos caducifolios y que encuentran una aclimatación ideal en zonas geográficas con un clima templado y un nivel de humedad relativamente alto.
En cuanto al suelo de cultivo, las betuláceas, y en especial el avellano, ofrecen un mejor rendimiento en suelos frescos y blandos, ya que cuentan con unas raíces poco profundas, pero con una considerable capacidad de crecimiento.
Asimismo, se trata de especies con una elevada sensibilidad a la falta de agua, y muy especialmente si esta viene acompañada de una humedad ambiental baja, ya que en estos escenarios tienden a sufrir la caída prematura de su fruto.
En cuanto a sus necesidades de sanidad vegetal, será preciso prestar una especial atención a la posible aparición y proliferación de plagas endémicas en los cultivos de avellanos como el arrollador de las hojas, el minador de los brotes o capricornio del avellano, la haplidia del avellano o el diablo del avellano, y otras con un carácter más genérico como las diferentes variedades de chinches o pulgones.
Del mismo modo, será indispensable realizar un control y seguimiento exhaustivo para detectar lo antes posible el desarrollo de enfermedades como la gloesporiosis del avellano, el oídio, la podredumbre de las raíces y, sobre todo, el mal del desagarro, que provoca la necrotización prematura del árbol.
Por todo ello, te recomendamos que, ante cualquier señal que represente una anomalía en el cultivo normal de tus avellanos, no dudes en contactar lo antes posible con tu experto en sanidad vegetal de confianza, ya que a partir de su diagnóstico y propuesta de tratamiento será posible tomar medidas para minimizar los daños y evitar su proliferación.