Mantener un control exhaustivo de la presencia y proliferación de malas hierbas en tus cultivos es esencial para garantizar su productividad.
Cuando se habla de los múltiples beneficios de las soluciones de sanidad vegetal para tus cultivos y áreas verdes, se suele concentrar la atención en su utilidad para hacer frente a aquellas plagas y enfermedades que pueden condicionar su desarrollo óptimo.
Pero, además de esta funcionalidad básica, la sanidad vegetal también es un instrumento esencial para controlar la presencia y proliferación de aquellas malas hierbas que pueden desarrollarse junto a tu cosecha.
En este sentido, ahora que acabamos de darle la bienvenida a la primavera, desde AEPLA hoy queremos aprovechar este espacio para ofrecerte un repaso de las diferentes medidas que, si decides poner en práctica en tu actividad agrícola diaria, pueden ayudarte a prevenir la aparición de malas hierbas en tu parcela, y contribuir a erradicarlas de forma efectiva en el caso de que detectes su presencia:
- Para comenzar, recuerda siempre la importancia de priorizar el desarrollo de técnicas naturales de prevención, como la rotación de cultivos o la plantación de especies compatibles de forma simultánea, a través de asociaciones de cultivos.
- Para reducir el riesgo de aparición de malas hierbas en tu explotación también será conveniente que prestes atención al empleo de las dosis de siembra adecuadas a cada especie vegetal.
- Supervisa la existencia de especies de hierbas invasoras en el perímetro de tu explotación agrícola, procediendo a su tratamiento o eliminación antes de realizar la siembra de tus cosechas.
- Realiza, de forma prioritaria, la erradicación de malas hierbas mediante medios mecánicos, como el empleo de escarda mecanizada, sobre todo si detectas el problema cuando estas especies invasoras todavía no han proliferado en exceso.
- En el caso de que estos métodos pierdan su eficacia, consulta con un experto certificado el tratamiento fitosanitario más adecuado para su eliminación, así como el momento más propicio para reducir de esta forma el número de aplicaciones necesarias.
- Asimismo, si decides optar por la aplicación de tratamientos de fertilización, asegúrate de utilizar abonos orgánicos que no contengan semillas de malas hierbas, como puede ocurrir en el caso de emplear estiércol o purines aireados previamente.
- Para finalizar, solo nos queda recomendarte que prestes una especial atención a la limpieza de tus aperos y maquinaria agrícola una vez concluida su utilización. De esta forma, reducirás el riesgo de que algunas semillas procedentes de especies invasoras o no deseadas puedan quedarse adheridas, y diseminarse involuntariamente en posteriores empleos de estos medios y utensilios de labranza.