A lo largo del verano, presta una especial atención a aquellas amenazas agrícolas que proliferan mejor en entornos marcados por las altas temperaturas.
Una de las características básicas del verano reside, como no podría ser de otra manera, en el incremento considerable de las temperaturas.
Esta modificación gradual de las condiciones atmosféricas resulta esencial para el desarrollo óptimo de numerosos cultivos. Pero, al mismo tiempo, también ofrece un escenario ciertamente ideal para la proliferación incontrolada de un gran número de plagas y enfermedades que suponen una amenaza para la salud de tu explotación agrícola.
Este aspecto, cuyo carácter cíclico viene acompañando a la agricultura prácticamente desde su nacimiento, se está viendo intensificado, desgraciadamente, por los efectos provocados por el cambio climático, sobre todo en lo que se refiere al mantenimiento de unas condiciones climáticas veraniegas aún más extremas.
Ante esta realidad, desde AEPLA consideramos interesante mostrarte un repaso de las principales amenazas agrícolas a las que pueden enfrentarse tus cultivos durante la estación estival, con el fin de que prestes una especial atención a su posible presencia y, de esta forma, reflexiones acerca de la necesidad de aplicar medidas que pueden ayudarte a reducir su posible repercusión negativa sobre tus cosechas.
Mosca blanca
En primer lugar, consideramos preciso comenzar este análisis por la mosca blanca, ya que es una de las amenazas que más suele afectar a los cultivos que se desarrollan durante esta estación del año, y que se manifiesta a través de la decoloración de las hojas.
Araña Roja
La araña roja es otra de las plagas que mayores daños puede provocar en los cultivos durante el verano, ya que es una especie que disfruta de un mayor metabolismo y capacidad reproductiva en ambientes marcados por una ausencia notable de humedad.
Babosas y otros gasterópodos
También será recomendable que prestes una especial atención a aquellas especies de babosas que tienen un carácter endémico en tu zona de cultivo, ya que, aunque durante el resto del año no provoquen unos daños excesivos, en el periodo estival pueden presentar una mayor predisposición a concentrarse en aquellas zonas en las que la humedad ambiental es más elevada, como es el caso de los cultivos en los que se aplican técnicas de riego de forma frecuente.
Negrilla
La acción de la mosca blanca, así como la del pulgón, tienen la particularidad de que genera una sustancia, en su acción sobre las hojas, que favorece la aparición de un hongo nocivo, conocido comúnmente como negrilla, por su apariencia similar al hollín, que puede llegar a dificultar la capacidad de la planta para realizar su fotosíntesis y, por tanto, ralentizar su desarrollo.
Oídio
El oídio es otro hongo muy común durante los meses de verano, aunque en este caso suele presentarse preferentemente en aquellos entornos en los que, a pesar de la climatología calurosa y árida, se genera en la planta un exceso de humedad, principalmente debido a un riesgo excesivo.
Roya
Por último, la roya es otra variedad de hongo que, en caso de aparición, puede provocar cuantiosos daños y pérdidas en las cosechas, y que se manifiesta visiblemente mediante la aparición de pequeños bultos de color pardo en las hojas de los cultivos afectados.