El desarrollo y mantenimiento de cubiertas vegetales en la tierra de cultivo ofrece unos beneficios muy a tener en cuenta para la agricultura. Conócelos.

Frente al desarrollo de un laboreo excesivo de la tierra de cultivo, cada día son más los expertos en agronomía que consideran preferible llevar a cabo aquellas técnicas que se asocian a lo que se conoce como agricultura de conservación, como es el caso de la generación de cubiertas vegetales.

Bajo este término se encuentra tanto el mantenimiento de aquellas especies vegetales que, de forma natural, se desarrollan en el suelo agrícola, siempre que no presenten efectos nocivos para el suelo o las cosechas, como aquellas especies sembradas por el propio agricultor, y que destacan por su interrelación positiva con la especie vegetal que se está desarrollando en la parcela, tal y como ya expusimos en una anterior publicación relativa a la asociación o combinación de cultivos.

En este sentido, el desarrollo de cubiertas vegetales, siempre con una adecuada supervisión, ofrece un gran número de beneficios a nivel agrícola, entre las que consideramos necesario destacar las que te ofrecemos a continuación:

  • En primer lugar, el mantenimiento de una cubierta vegetal en tu explotación agrícola contribuye a reducir los posibles efectos de la erosión del suelo, provocado por condiciones meteorológicas adversas.
  • Esta disminución del riesgo de erosión viene determinada, entre otros aspectos, por la acción llevada a cabo por las raíces de las plantas que conforman esta cubierta, que además permiten la regeneración de la estructura del suelo en sus capas menos superficiales, así como el incremento de la capacidad de infiltración de agua, al disminuir su compactación natural.
  • Asimismo, el desarrollo de una cubierta vegetal controlada también resulta de gran utilidad para disminuir el peligro de proliferación de malas hierbas, ya que impide que partículas de polen trasladadas por el aire se depositen y arraiguen en el suelo.
  • Por otro lado, la presencia de esta cubierta favorece la oxigenación del suelo agrícola y, por tanto, la regeneración natural de su materia orgánica.
  • Del mismo modo, si este proceso de generación de una cubierta vegetal se lleva a cabo con la siembra de especies leguminosas también aportará una mayor capacidad de fijación natural de nitrógeno en el suelo agrícola, lo que es sumamente beneficioso si se tiene en cuenta la importancia de este macronutriente primario para el crecimiento óptimo de las cosechas.
  • Para finalizar, y más allá de otros beneficios adicionales, el mantenimiento de este sistema de protección del suelo agrícola aporta un entorno muy proclive para la biodiversidad de especies beneficiosas para los cultivos, y que reciben el nombre de fauna auxiliar.

 

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