Entre los efectos colaterales del cambio climático, es preciso prestar atención a su incidencia sobre la agricultura y el abastecimiento de alimentos.

El cambio climático que está experimentando nuestro planeta está provocando, sin lugar a dudas, un gran número de efectos sobre nuestros hábitos de vida y nuestra sociedad en su conjunto, y la agricultura no es ajena a este fenómeno.

De hecho, se puede afirmar que es uno de los sectores que más se está viendo afectado por los cambios provocados por el calentamiento global, dada la estrechísima relación que existe entre las condiciones climáticas en cada estación del año y el desarrollo óptimo de los cultivos que suelen desarrollarse durante ese periodo.

En este sentido, hay que tener en cuenta que la influencia del cambio climático sobre la agricultura no solo supone una amenaza en lo referente a la productividad de las explotaciones agrícolas o en relación al fomento del desarrollo rural y la creación de empleo, sino también por el papel esencial que desarrolla el sector agrícola como proveedor de alimentos para la población.

A día de hoy, entre las principales señales visibles de este problema global en el ámbito de la agricultura y, en concreto, en cuanto a la producción de alimentos, consideramos preciso destacar los que te mostramos a continuación:

  • En primer lugar, y a pesar de lo que se suele pensar en principio, el cambio climático no se manifiesta únicamente a través de un incremento generalizado de las temperaturas, sino más bien en un aumento de la frecuencia de condiciones y fenómenos atmosféricos extremos, tanto en invierno como en verano, que incrementan el riesgo de pérdida total o parcial de cosechas.
  • Del mismo modo, cultivos básicos para la alimentación de la población mundial, como la patata, el trigo, el arroz o el maíz, por citar solo algunos ejemplos, ya están experimentando una modificación considerable en su producción, tanto en términos cuantitativos como cualitativos, ya que necesitan que los ciclos estacionales actuales se mantengan para ofrecer cada año el rendimiento esperado.
  • Y más allá de todos los efectos anteriores, la permanencia de unas temperaturas elevadas durante un mayor número de días al año también supone un incremento del riesgo de proliferación de aquellas plagas y enfermedades vegetales que requieren de un clima cálido para su desarrollo.

 

En definitiva, como puedes observar, el cambio climático sí que influye muy negativamente en la capacidad de la agricultura para asegurar un abastecimiento alimentario óptimo de la población, con todo lo que ello supone para nuestra calidad de vida y bienestar actual y futuro.

Por este motivo, desde AEPLA estamos plenamente comprometidos con el empleo de todos nuestros canales de comunicación para la difusión de aquellas buenas prácticas que puedan contribuir a seguir avanzando hacia una agricultura aún más sostenible y concienciada con la protección nuestro entorno.

 

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