Descubre con nosotros qué medidas pueden resultarte útiles a la hora de reducir el riesgo de presencia y proliferación de plagas en tu jardín doméstico.
Entre los diferentes aspectos a tener en cuenta para disfrutar al máximo de la belleza que puede ofrecerte tu jardín en su máximo esplendor, con independencia de la estación del año en la que te encuentres, no cabe duda de que será esencial que tomes todas las medidas a tu alcance para favorecer la protección de tus diferentes variedades vegetales frente a plagas y enfermedades.
Por su propia naturaleza, y el entorno en el que se encuentran, tus plantas, arbustos y especies arbóreas de jardín están sometidas a una serie de amenazas que pueden afectar considerablemente a su crecimiento y desarrollo, hasta el punto de provocar, en aquellos casos más graves, su muerte prematura.
En consecuencia, desde el Grupo Áreas Verdes de AEPLA te animamos a que pongas en marcha las siguientes prácticas preventivas, dirigidas específicamente a ayudarte a reducir la probabilidad de aparición y proliferación de plagas y enfermedades en tu jardín doméstico:
- Revisa periódicamente las diferentes variedades vegetales que habitan tu jardín, con el fin de detectar de forma temprana la posible aparición de señales que te permitan intuir la presencia de cualquier amenaza, como por ejemplo la aparición de manchas o daños en las hojas o la detección de huevos o larvas en su envés o en el sustrato.
- Pon en práctica aquellas medidas que contribuyan a favorecer la salud y fortaleza de tus plantas. Ten en cuenta que, como ocurre en el caso del ser humano, en la medida en que tus plantas alcancen su plenitud de facultades mayor será su capacidad de resistencia frente a plagas y enfermedades.
- Una medida que puede ayudarte a mejorar aún más la protección de tus plantas de jardín residirá en la colocación de plantas con flores y aromáticas. Estas variedades no solo cumplen una clara finalidad a nivel sensorial, sino que también atraen, de una forma totalmente natural, fauna muy beneficiosa para repeler la llegada de posibles amenazas.
- Salvo en casos muy excepcionales, restringidos a aquellas variedades que así lo requieran, evita el encharcamiento excesivo del sustrato durante el riego de tus plantas. Ten en cuenta que el exceso de humedad genera un entorno proclive para la aparición de hongos y bacterias.
- Del mismo modo, no confundas el control del riego con la generación de un ambiente excesivamente seco, ya que este, por el contrario, es ideal para el desarrollo de plagas como la araña roja, la mosca blanca o los trips.
- Para finalizar, consulta las soluciones de sanidad vegetal que pueden resultar más adecuadas para aquellas plagas que tienen un carácter endémico en tu zona, o que suelen afectar con más frecuencia a las especies presentes en tu jardín, con el fin de disponer de los recursos necesarios para hacerles frente en caso de detectar su presencia.