A la hora de contribuir al buen estado y protección de tu jardín, es conveniente que tengas presente la importancia de realizar un riego adecuado de tus plantas.
Tal y como ya hemos comentado en anteriores publicaciones en este blog, el riego de tus plantas de jardín no solo influye en ellas a través del aporte natural de una gran parte de los nutrientes que requieren para su crecimiento y desarrollo óptimo.
También es un factor esencial a la hora de reducir la probabilidad de que se pueda generar, ya sea por un riesgo excesivo o insuficiente, un entorno que resulte favorable para la presencia y proliferación de plagas, enfermedades o malas hierbas en tu jardín doméstico.
Por este motivo, desde el Grupo Áreas Verdes de AEPLA, hoy queremos compartir contigo algunas reflexiones que pueden resultarte útiles a la hora de asegurarte de que estás realizando un riego adecuado de tus plantas de jardín, materializadas en los consejos prácticos que pasamos a detallarte a continuación:
- En primer lugar, y como medida esencial en este sentido, realiza un riego uniforme del sustrato, para garantizar así que el agua llega de forma homogénea a las raíces y, por tanto, cumple su función como proveedora de nutrientes esenciales para la planta.
- Preferentemente, realiza tu riego mediante pulverización o a través de aquellos sistemas que te permitan modular el tamaño de las gotas de agua, seleccionando preferentemente un tamaño reducido, con el fin de generar así un efecto lluvia sobre la planta.
- En relación con el punto anterior, recuerda en todo momento que una fuerza o presión excesiva del agua de riego puede contribuir a incrementar la compactación del sustrato, dificultando la oxigenación de las raíces y reduciendo la capacidad de impregnación de la tierra en futuros riegos.
- Asimismo, en el caso de que detectes que la planta muestra síntomas de debilidad o una sequedad excesiva, concentra su riego únicamente en el sustrato, para evitar producir daños en su tallo o sus hojas.
- Para finalizar, en relación al mejor momento para realizar el riego de tus plantas, recuerda que lo ideal es llevarlo a cabo al amanecer y atardecer en aquellos meses marcados con una temperatura ambiental más elevada. Por el contario, en los meses en los que el frío hace acto de presencia, realiza el riego durante el día, para reducir el riesgo de que el agua acumulada en el sustrato pueda enfriarse en exceso y dañar la planta.
