Pon en práctica todas las medidas a tu alcance para favorecer la conservación óptima de tus productos agrícolas durante su transporte a los puntos de venta.
El desarrollo de buenas prácticas agrícolas relacionadas con el cuidado y mantenimiento de la calidad de tu cosecha no finaliza una vez realizada la recolección de tus productos agrícolas, ya que será igualmente esencial prestar la atención que merece a aquellos aspectos asociados a un tratamiento óptimo de estos alimentos durante su transporte.
En este sentido, resulta realmente paradójico que todo el esmero y tesón que desde el sector agrícola se aplica durante semanas, o incluso meses, para la obtención de los mejores resultados de una cosecha, tanto en lo que se refiere a productividad como al mantenimiento de las condiciones y propiedades ideales de cada cultivo en términos de calidad, pueda verse en ocasiones afectado, de forma irreparable, por un tratamiento inadecuado de estos productos durante su proceso distribución hacia los puntos de venta en los que serán finalmente adquirido por sus consumidores.
Por eso, desde AEPLA hoy queremos recomendarte que, a la hora de planificar el transporte de tus productos agroalimentarios, concentres tu atención, siempre que sea posible, en la supervisión y control de los siguientes aspectos:
- Para comenzar, selecciona el embalaje y envasado más adecuado para cada variedad agrícola, tanto en lo referente a sus propiedades óptimas de conservación como en relación a la posibilidad de favorecer su protección frente a posibles impactos.
- En el caso de que se trate de un producto agrícola que requiere de un control especial en cuanto a su exposición al sol u otras condiciones ambientales externas, que pueden influir en la aceleración de su maduración, contempla este factor diferencial en la preparación de su distribución, para evitar cualquier posible deterioro durante su transporte.
- De igual forma, si bien el transporte en palés resulta mucho más práctico en términos logísticos y de aprovechamiento del espacio, asegúrate de que el embalaje se encuentra fijado adecuadamente para su posterior manipulación, y que dispone de las mejores condiciones de ventilación para cada variedad de producto.
- Prioriza siempre la utilización de medios de transporte que cuenten con los sistemas de climatización y control ambiental más adecuados para la conservación óptima de tus productos agroalimentarios.
- Como reflexión final, solo nos queda recordarte que, aunque es posible que tu responsabilidad directa sobre el producto se puede considerar concluida una vez que se realiza su venta a un mayorista, será igualmente importante favorecer al máximo la satisfacción hacia tus frutas, verduras u hortalizas del minorista responsable de su venta y, sobre todo, del consumidor final, generando así una mayor fidelización en relación a las cosechas que produces y comercializas de forma periódica.