Uno de los riesgos asociados a una aplicación inadecuada de fitosanitarios reside en la posible aparición de resistencias. Toma medidas para evitarlo.

Durante la realización de procesos de aplicación de productos y tratamientos fitosanitarios es preciso prestar una especial atención a que el aspecto positivo que pretendes obtener de ellos no genere un efecto adverso contrario, dando lugar a lo que se conoce como resistencias.

En el ámbito de la sanidad vegetal, al igual que puede suceder con los medicamentos que tomamos para el tratamiento de una enfermedad, una resistencia se produce en aquellos casos en los que la aplicación de un producto fitosanitario no ofrece la efectividad esperada sobre el control de la plaga, enfermedad o mala hierba para la está indicada, debido al desarrollo de una mutación genética natural en dicho patógeno que evita que este sea erradicado por completo y, por tanto, pueda volver a desarrollarse en el futuro.

Así, si se produce este fenómeno en tus cultivos, el producto fitosanitario empleado no alcanzará su capacidad de actuar de forma efectiva contra la plaga, enfermedad o mala hierba que se pretende erradicar, ocasionando una persistencia de estos organismos que, además, pueden transferir estas características genéticas diferenciales a su descendencia y afectar de forma continuada a tu cosecha.

Para evitar que esto pueda ocurrir en tu explotación agrícola, poniendo en grave riesgo su salud y productividad, y una vez que ya profundizamos hace algún tiempo en las prácticas más adecuadas para reducir el riesgo de aparición de resistencias a productos fitosanitarios en tus cultivos, desde AEPLA te recomendamos completar esta información poniendo en práctica las medidas preventivas que te mostramos a continuación:

  • Ten en cuenta que el desarrollo de actuaciones como la rotación de cultivos contribuye a modificar las condiciones en las que el patógeno encuentra un escenario más proclive para su crecimiento, asociadas comúnmente a la realización de cosechas sucesivas de un cultivo específico.
  • Del mismo modo, también será muy recomendable el empleo de semillas y materiales de siembra certificados en tus cosechas, ya que estas cuentan con la garantía de que se encuentran libres de agentes potencialmente nocivos.
  • Realiza un seguimiento periódico de los problemas que suelen afectar a tus parcelas agrícolas, así como de los productos fitosanitarios aplicados para subsanarlos, los resultados obtenidos y su evolución.
  • Ten presente que la aplicación de productos fitosanitarios debe llevarse a cabo únicamente cuando sus propiedades sean necesarias para hacer frente a la presencia de una amenaza para tu cosecha, y respetando al máximo las recomendaciones de la empresa fabricante y de tu asesor fitosanitario cualificado de confianza.
  • En este punto, también será importante evitar la repetición de tratamientos a lo largo de un mismo ciclo de cultivo, sustituyendo los productos utilizados por otros que ofrezcan un mecanismo de acción diferente, para garantizar así que el efecto de ambos se complementa y ejerce, por tanto, un mayor nivel de protección frente al patógeno detectado.
  • Por último, en la medida de lo posible, trata de combinar la aplicación de productos fitosanitarios con la utilización de métodos de control biológicos, biotecnológicos y físicos, conforme a las recomendaciones relativas a la Gestión Integrada de Plagas, consiguiendo así una respuesta integral de ambas medidas frente a la amenaza detectada en tus cultivos.

 

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