Si bien es más habitual de lo deseable que se genere un cierto debate sobre la sanidad vegetal, resulta indudable su extraordinario esfuerzo en I+D+i.

Cuando se hace referencia al sector de la sanidad vegetal, tanto en nuestro país como a nivel internacional, se suele concentrar el debate, a veces de forma excesivamente reiterativa, en base a la idoneidad o no de aprovechar las propiedades que ofrecen los productos fitosanitarios para la prevención y control óptimo de plagas y enfermedades.

En este punto, el argumento más generalizado entre los detractores de este tipo de tratamientos reside en que los productos fitosanitarios son susceptibles de ofrecer unos resultados muy diferentes a los esperados previamente, sobre todo en términos de contaminación tanto del entorno como de los cultivos, suponiendo un peligro considerable para el medio ambiente y la seguridad alimentaria de los consumidores.

Ante esta creencia, lo mejor es dejar a un lado los juicios de valor y las apreciaciones subjetivas, en muchas ocasiones cargadas de prejuicios, para centrarnos en la ‘crudeza científica e irrefutable’ que ofrecen los números.

Los productos fitosanitarios homologados que tienes a tu disposición para el cuidado de tus cultivos son el resultado de un extraordinario esfuerzo en I+D+i, que se prolonga durante un plazo medio de 11 años, desde que se comienza con la realización de las primeras pruebas hasta su comercialización definitiva.

Durante este periodo de intensa investigación y desarrollo, en el que la inversión media para cada producto se encuentra en torno a los 269 millones de euros (o, si se prefiere, 287 millones de dólares), se realizan más de 120 ensayos científicos, para evaluar el comportamiento de dicho producto fitosanitario ante diferentes escenarios, desde los más habituales a los que se tendrá que enfrentar hasta aquellos relacionados con condiciones extremas.

De hecho, cabe recordar, aunque pueda parecerte sorprendente, que únicamente una de cada 140.000 moléculas activas susceptibles de favorecer la protección de una especie vegetal frente a enfermedades y amenazas externas acaba realizando con éxito la tortuosa travesía que discurre desde el laboratorio hasta el campo.

Como puedes observar, en el sector de la sanidad vegetal no nos basamos en creencias ni suposiciones, ni tampoco se deja ningún margen al azar, ya que somos plenamente conscientes de la importancia esencial de nuestra labor para el futuro de la agricultura y, en consecuencia, para que los alimentos que todos consumimos gocen de las mejores condiciones posibles en términos de calidad, sostenibilidad y seguridad alimentaria.

 

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