En nuestro repaso a las diferentes familias de cultivos no podían faltar las teáceas. Conoce sus características básicas y necesidades de sanidad vegetal.
Como habrás podido comprobar en nuestro análisis a las diferentes familias de cultivos que forman parte de nuestros hábitos de consumo, varias de ellas se emplean actualmente para la fabricación o elaboración doméstica de bebidas, como ocurre con las rubiáceas o las esterculiáceas.
Pero, lógicamente, en este repaso no podía faltar una familia esencial en este sentido a nivel mundial, como es el caso de las teáceas, de la que se obtiene una infusión básica en nuestro día a día, obtenida a partir de la planta del té.
A diferencia de otras familias de cultivos, las teáceas presentan una espectacular capacidad de adaptación ante múltiples condiciones climáticas, ya que se comportan de forma muy favorable tanto en zonas montañosas marcadas por climas fríos y con una humedad ambiental elevada como en entornos tropicales.
En cuanto a las características del suelo agrícola, los cultivos pertenecientes a la familia de las teáceas sí que requieren para su desarrollo óptimo de suelos que destaquen por la presencia de una considerable riqueza de materia orgánica, y preferiblemente neutros o, en su defecto, ligeramente alcalinos.
Para finalizar con este análisis, es preciso prestar una especial atención a las necesidades de sanidad vegetal asociadas a las diferentes especies que componen la familia de las teáceas. En este sentido, será conveniente realizar un control y seguimiento exhaustivo para detectar lo antes posible la presencia de plagas de trips o ácaros.
Del mismo modo, como ocurre en otros casos, las especies vegetales de la familia de las teáceas son especialmente sensibles a la aparición y proliferación de enfermedades fúngicas, provocadas por hongos, y en especial a amenazas endémicas en estos cultivos, entre las que destacan, por su elevada capacidad de provocar daños ostensibles en su cosecha, la Podredumbre de las raíces o la Antracnosis.
