Aunque los huertos urbanos se asocian a balcones o patios, se pueden encontrar ejemplos de agricultura doméstica en multitud de espacios de las localidades de todo el territorio nacional.
Cuando se hace referencia a los huertos urbanos como tendencia actual con la que se pretende volver, en cierto modo, a los orígenes y apostar por la agricultura doméstica a pequeña escala, es normal que desde la opinión pública en general exista una cierta confusión en relación a este concepto.
Así, se puede incluso afirmar que no existe un término medio en este sentido, asociando la agricultura urbana al aprovechamiento del pequeño espacio que ofrecen patios, balcones y terrazas para aquellos que residen en edificios de viviendas, o bien a la utilización de terrenos por parte de cooperativas, ayuntamientos…, para su división en parcelas de mayor o menor tamaño, de uso particular mediante concesión, alquiler o compra.
Estos son los ejemplos más visibles de agricultura doméstica, pero no son los únicos, por lo que, para disponer de una imagen completa de todo lo que supone esta relativamente nueva y diferente forma de entender el contacto con la naturaleza, la agricultura y la producción propia de los alimentos que comemos, desde el Grupo Áreas Verdes de AEPLA queremos repasar las diferentes alternativas de huertos urbanos que estamos seguros de que, con solo un poco de información, podrá encontrar en tu localidad:
Huertos urbanos
Dentro de esta categoría, que en la práctica pasa por ser la más amplia, se agrupan aquellas parcelas o espacios, habitualmente de reducido tamaño, que se dedican a la agricultura dentro de los diferentes inmuebles que conforman el término municipal de un núcleo urbano.
Así, se le otorga la consideración de huertos urbanos a los espacios comentados anteriormente dentro de una vivienda, así como aquellos que se llevan a cabo en construcciones unifamiliares con un fin ornamental o de autoconsumo.
Huertos vecinales
Avanzando un paso más en el concepto de agricultura urbana, los huertos vecinales están relacionados principalmente con el aprovechamiento de solares o terrenos desocupados en el interior de los núcleos urbanos para el desarrollo de actividades agrícolas, normalmente de forma colectiva.
En este sentido, los huertos vecinales cumplen, además, una función de recuperación de zonas abandonadas o en riesgo de degradación, transformando radicalmente estos espacios para su aprovechamiento sostenible por parte de la comunidad.
Huertos periurbanos
A diferencia de los anteriores esta tipología de agricultura doméstica se asocia a parcelas para uso agrícola de mayor tamaño y que, como su nombre indica, suelen ubicarse en las inmediaciones de los núcleos urbanos.
Si bien suelen estar dedicadas también al autoconsumo personal o familiar de sus titulares, en ocasiones pueden llegar a organizarse en cooperativas, que promueven la agricultura de proximidad en la zona.
Huertos escolares y de integración
Para finalizar, también nos podemos encontrar con otros ejemplos de agricultura urbana que, si bien por sus características se podrían incluir en las tipologías anteriores, consideramos interesante diferenciar por la finalidad social para la que fueron creados.
Así, los huertos escolares se desarrollan en las instalaciones de los centros educativos, con el objetivo de que los alumnos, desde su infancia o adolescencia, se familiaricen con la importancia y los valores asociados a la agricultura y la producción de alimentos.
Por su parte, los huertos de integración suelen encontrarse en instalaciones con alguna finalidad social específica, como centros cívicos de barrio, centros de reinserción o residencias, por citar algunos ejemplos, para incorporar esta actividad entre las tareas que realizan las personas que se encuentran en ellas.