Garantiza tu seguridad integral cuando apliques tratamientos fitosanitarios mediante el conocimiento y empleo de equipos de protección para tus pies.
A lo largo de las últimas semanas, desde AEPLA hemos decidido aprovechar este espacio de difusión y comunicación directa contigo para ofrecerte un análisis detallado acerca de aquellos elementos y equipamientos que consideramos necesarios para incrementar tu seguridad durante la aplicación de tratamientos fitosanitarios.
En este sentido, una vez que hemos profundizado en los equipos más adecuados para favorecer tu protección corporal, la protección de tus manos, la protección de tus vías respiratorias o contribuir a tu protección ocular, hoy queremos finalizar este análisis concentrando nuestra atención en los equipos de protección individual que debes tener presentes para garantizar la protección de tus pies.
Aunque en muchas ocasiones no se le suele prestar la atención que realmente merecen, tanto tus piernas como tus pies presentan una elevada probabilidad de exposición directa al contacto con tratamientos fitosanitarios, sobre todo cuando estos se aplican mediante su disolución líquida y, por tanto, tienden a depositarse en el suelo agrícola debido a su deriva.
Por este motivo, será imprescindible que completes tu equipamiento de protección individual con el uso de botas de goma que cuenten con una caña lo más alta posible, con el fin de reducir el riesgo de que partículas del tratamiento realizado puedan introducirse accidentalmente en su interior.
Asimismo, más allá de la altura de la bota, recuerda la importancia de que este tipo de calzado no cuente con guata textil en su interior y que su parte superior se encuentre cubierta por la pernera del pantalón, para disponer así de una protección completa.
En este sentido, lo ideal es que optes por un calzado específico de protección frente a riesgo químico, certificado a través de la norma UNE-EN 13832-2:2020.
Una vez finalizada la aplicación del tratamiento, será el momento de proceder a una limpieza lo más exhaustiva posible de tu calzado de seguridad, tanto en su exterior como en su interior, procediendo posteriormente a su colocación boca abajo para reducir la acumulación de líquido en su interior y favorecer así su secado óptimo.