A pesar de tratarse de una familia considerablemente desconocida, las ramnáceas destacan por su capacidad de adaptación en entornos hostiles.
A lo largo de las últimas semanas hemos concentrado nuestra atención en profundizar en las diferentes familias vegetales que conforman nuestra agricultura en la actualidad, prestando una especial atención a aquellas que gozan de una mayor representatividad en nuestro territorio, como son las rutáceas, las oleáceas, las vitáceas, las musáceas o las rosáceas.
En estrecha relación con la última familia nombrada anteriormente, se encuentra otro conjunto de especies que presentan similitudes con las rosáceas, pero que ofrecen una morfología más arbustiva y un carácter netamente más asilvestrado, aunque también se contempla su cultivo controlado, como es el caso de las ramnáceas y su máximo exponente, la azofaifa.
Tal y como ocurre en el caso de las amarantáceas, las ramnáceas destacan por su elevada flexibilidad en términos de capacidad de desarrollo en todo tipo de condiciones ambientales, disponiendo de una notable resistencia a entornos marcados por variaciones térmicas considerables e índices elevados de radiación solar, llegando a ofrecer unos resultados óptimos tanto con temperaturas próximas a los 40 °C como en escenarios en los que predomina el frío durante gran parte del año.
En cuanto a las condiciones edafológicas ideales, las ramnáceas se sienten mucho más cómodas en suelos agrícolas bien drenados y profundos. Sin embargo, la considerable fortaleza de sus raíces hace que su desarrollo no esté condicionado a este aspecto, hasta el punto de que ofrece una alta resistencia a la presencia limitada de recursos hídricos, a causa de la sequía o la falta de riego.
Para finalizar, en lo referente a sus necesidades de sanidad vegetal, las ramnáceas son especialmente sensibles a las enfermedades derivadas de la aparición de hongos, como la Roya o el Cidium, sobre todo en entornos marcados por una elevada humedad ambiental y del suelo.
Asimismo, si decides cultivar ramnáceas como la azofaifa, también será recomendable que lleves a cabo un control y supervisión frecuente para la detección temprana de plagas como la Mosca de la fruta o el Gusano barrenador del fruto.
